Redacción BLes – ¿Quieres eliminar las canas de manera natural y además mejorar la salud de tu cabello? Con la henna es posible, disfrutando además de un proceso natural.
La historia del tinte para el cabello es tan antigua como la de nuestra civilización, el método más antiguo que se conoce y que hoy día se vuelve a ser tendencia, es la henna o alheña.
Un poco de historia
Gracias a los descubrimientos en las tumbas del antiguo Egipto sabemos que ya entonces se usaban multitud de cosméticos, aceites, ungüentos y perfumes. Esto respondía, además de por el gusto de embellecerse, a la necesidad de protegerse del implacable clima del desierto. También teñían sus cabellos, las mujeres usaban pelucas y los hombres se rapaban todo el vello corporal. Se sabe que usaban el kohl y la henna o alheña. Otras civilizaciones de la Edad Antigua, como los griegos y los romanos, también tenían la costumbre de teñirse el cabello. Los griegos usaban la pasta de henna, mientras que los romanos utilizaban otros métodos para decolorar el cabello además de teñirlo. La decoloración se lograba mediante una mezcla de cenizas de madera de haya con sebo de cabra. Para los tintes, además de los elementos vegetales como cortezas y bayas, se pasaron a utilizar por primera vez las sales de plomo: estas consiguen una coloración progresiva siempre hacia colores oscuros, aunque sumamente tóxicas. Con el Renacimiento, el ideal de belleza cambió a mujeres de tez blanca y cabello rubio. En esta época, en Venecia, se ven las primeras decoloraciones modernas, realizadas con sosa natural y exposición solar. Una vez decolorados, los cabellos se teñían con diferentes plantas y pigmentos vegetales. El Barroco fue la época de las grandes pelucas, que también eran teñidas con plantas o cenizas de plantas. Los siglos XIX y XX fueron testigos del avance más rápido en lo que se refiere al cuidado y estética del cabello. A finales del siglo XIX vemos por primera vez el uso del agua oxigenada en combinación con la exposición a la luz solar, para decolorar el pelo. Sustancias que se usaban para teñir pieles, como el nitrato de plata y la anilina, se convierten en cosméticos capilares. Pero la coloración tal y como la conocemos hoy, se la debemos a Eugène Schueller, que en Francia y a comienzos del s. XX introdujo el uso de la parafenilendiamina, un componente menos dañino y tóxico que los métodos anteriores. Schueller fue el fundador de lo que hoy es L’oreal. Desde este momento la industria cosmética ha evolucionado mucho y se están logrando tintes de colores antes impensables, sin riesgo para la salud y menor deterioro para el cabello. Pero esta opción sigue siendo una alternativa química con la que el cabello sufre, pierde brillo, fuerza y naturalidad. Una vuelta a lo natural
Los tintes modernos logran muy rápidamente cambios de imagen muy radicales. Una melena negro azabache se puede transformar en rubio platino en cuestión de horas. Se pueden lograr colores y tonalidades extremas, que no se dan de manera natural en el ser humano, en una sola tarde en el salón de belleza. Todo en esta nueva sociedad se mueve a una velocidad vertiginosa. Se fabrican prendas de vestir a un coste muy bajo que tienen una vida muy corta (fast fashion), las cadenas de restaurantes de comida rápida (fast food) venden exactamente el mismo menú (colmado de azúcar y muy poco saludable) en todos los países donde tienen presencia. Explotación masiva de recursos naturales, gran consumo de combustibles fósiles, agotamiento y contaminación de acuíferos con pesticidas y fibras sintéticas son algunos de los daños colaterales de esta forma de producción y distribución. Pero esta tendencia se está empezando a revertir. Cada vez hay más personas que vuelven la mirada a costumbres más naturales y tradicionales. Henna, la coloración lenta, pero segura
La henna o alheña es un barro natural que se consigue al triturar las hojas de un arbusto llamado lawsonia inermis y que aporta al cabello una tonalidad rojiza. No existe henna rubia ni castaña, pero sí que hay otros barros vegetales que, al igual que la henna, aportan color o pueden matizar la tonalidad rojiza de la henna. Los más comunes son: índigo (indigofera tinctoria), cassia (cassia obovata), amla (emblica officinalis), ruibarbo (Rheum rhabarbarum), cáscara de nuez (juglans regia). ¿Cubre la henna las canas? La respuesta es sí, pero no completamente a la primera. El cabello blanco se va pigmentando tras 3 ó 4 aplicaciones. Las canas se “barnizan”, quedando casi como mechas, con un aspecto muy natural y brillante. Pero lo mejor de la henna no es solo el color o la tonalidad que se logra, sino los muchos efectos beneficiosos de esta magnífica planta. Características y beneficios de la henna
¿Se pueden lograr tonalidades diferentes con la henna?
El color de la henna natural es rojizo, pero se comercializan mezclas con otros pigmentos vegetales naturales que permiten conseguir colores diferentes y que además aportan propiedades muy interesantes. Lo que no vamos a conseguir con la henna, ni con ninguna mezcla de pigmentos vegetales es aclarar el cabello. Se pueden matizar tonos, lograr reflejos y beneficiarse del brillo, fuerza y cuerpo que aportan al cabello, consiguiendo una coloración con un aspecto muy natural. ¿Por qué debería usar la henna?
La razón más poderosa es para evitar los daños que producen los tintes convencionales, que contienen peróxido y amoniaco, sustancias químicas que, tras un uso prolongado, pueden causar daños: ¿Cómo se utiliza?
Tomaremos las mismas precauciones que cuando aplicamos un tinte convencional, usaremos guantes y protegeremos la zona alrededor del cuero cabelludo con crema para evitar teñir la piel, especialmente la frente. Precauciones al usar la henna
Antes de aplicar henna por primera vez es importante asegurarse de que no se es alérgico. Para comprobarlo, podemos hacer una prueba aplicando una pequeña cantidad en la zona interna del antebrazo o detrás de la oreja. Si se produce reacción, mejor no usarla. Cuidado con la henna adulterada. Hay marcas que añaden químicos a la henna. Es importante comprar una marca reconocida, déjese aconsejar y compre de comercios especializados y de confianza. Si con anterioridad el cabello ha sido teñido con tintes químicos, los resultados serán pobres en términos de color, pero desde luego los beneficios añadidos de cuerpo, brillo y estímulo del crecimiento del cabello los obtendrá igualmente. Ir a la portada de BLes.